jueves, 14 de junio de 2012

No hagas de ti una deshonra.


"Nadie piensa en defenderse, nadie busca los medios para rechazar al enemigo, permanecemos acostados como si el ocio nos fuese permitido. Y yo, ¿a cuál general de otra ciudad espero para que haga esto? ¿A qué edad aguardo?" Jenofonte, Libro III, Anábasis.

Quizás se haya perdido la conciencia, quizás los valores no sean los mismos, quizás el honor (y no ya el colectivo, si no más intrínsecamente el personal) se haya desvanecido en el vacío, quizás las arengas no tengan tal fuerza, quizás simplemente los fallos continuados nos hayan llevado a la desorientación total, quizás nuestra avaricia haya destrozado nuestra dignidad, pero somos humanos y, como humanos, hemos de superarnos y no dejarnos avasallar por la desorientación general. Pensemos por nosotros mismos, instruyámonos aquellos que todavía no hayamos perdido la razón, aquellos que sanamente conservemos un poco de cordura. Y nutrámonos de nuestros antepasados, que lúcidamente nos clarifican mucho más que nuestros presentes. Éste es el momento. Aquí y ahora. ¿A qué aguardar?


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